viernes, 23 de abril de 2010

¿Velo de sumisión o de rebeldía?


Esta es la pregunta que partidarios y detractores se han planteado a raíz del ya conocido caso, que sitúa a la joven musulmana Najwa Malha en el epicentro de la polémica.
Desde hace un par de meses, todos los medios de comunicación se han hecho eco de la noticia, recogiendo en todo tipo de prensa y cadenas de televisión un sin fin de noticias relacionadas con el suceso. Esta situación ha propiciado la apertura de un amplio debate social sobre la cuestión de los derechos humanos, poniéndose en tela de juicio la libertad religiosa de cada individuo.

Antes de todo quiero aclarar que con esta entrada no pretendo reavivar el conflicto ni mucho menos generar polémica entre nosotros. Si me gustaría invitaros a que cada uno, libre y voluntariamente, expusierais en la medida de lo posible vuestra opinión sobre el tema.

Empecemos por el principio.
Todo empezó cuando la joven de 16 años decidió cubrir su cabeza con el hiyab (aclaro para quien ande un poco perdido, que se trata de un código de vestimenta femenina recogido dentro de la tradición islámica y cuya traducción al español viene a ser algo así como esconder, ocultar, separar...).
Al parecer el reglamento que rige el instituto público donde Najwa cursa (mejor dicho, cursaba) sus estudios prohíbe a los alumnos cubrirse la cabeza con toda clase de objetos dentro de las aulas.
El entendimiento entre la dirección y la familia de la joven ha sido totalmente nulo, pues el colegio se muestra inflexible y determinante en su decisión. Ante esto la joven se ha visto obligada a cambiar de centro, ya que no esta dispuesta a romper con la identidad cultural de su país.

Creo que una opinión neutral seria prácticamente imposible en este caso, pero si os soy sincera, me veo en un auténtico aprieto, pues considero que hay argumentos racionales suficientes para defender una u otra posición.
De cualquier forma, muchos de nosotros no nos percatamos de una realidad más que evidente a día de hoy: la convivencia entre personas pasa por el respeto a muchas de las costumbres o creencias (musulmanas en este caso), que se profesen en sus diferentes países o religiones. El problema estriba en que muchos reclaman la prohibición del hiyab, al considerarlo un símbolo discriminatorio hacia la mujer. "
El hiyab no es un símbolo, sino una práctica religiosa y siempre llevada bajo expreso deseo de las mujeres", recalcaba el padre de la joven.
Esta postura es contraria a las libertades individuales y al mismo tiempo beneficia a aquellos sectores que aconsejan a los musulmanes a no mezclarse con una sociedad que los rechaza. Entramos así en un círculo vicioso, que de no frenarse a tiempo acabará provocando una fractura importante en el seno de nuestra sociedad.


Entonces...
¿Debemos prohibir por ley todo aquello que sea una expresión religiosa?
¿Es acertada la medida tomada por el centro educativo?
¿Respetamos verdaderamente esa diversidad cultural que tanto reivindicamos?

¡Juzguen ustedes mismos!

1 comentario:

  1. Hola!, pues yo creo que se deben respetar las costumbres que cada persona por sí misma y para sí eliga. Si esta chica quiere llevar el velo, está en su derecho, hablamos de algo diferente en caso de que ese velo le haya sido impuesto, pero si no es así, no habría por qué prohibierselo.
    Respecto a lo de que la mujer puede decidir sobre si llevar velo o no, es cierto, puede hacerlo, y me remito a experiencias personales. Quizás en otros aspectos no pueda decir lo mismo, pero creo que para eso estamos las mujeres, para reivindicar nuestros derechos, defender lo que creemos y lo que consideramos justo y rechazar aquello con lo que no estemos de acuerdo.

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